Para lograr cambios profundos y que se mantengan en el tiempo, es esencial ser constante haciendo ejercicio. Estas son mis cinco claves para que, esta vez sí, el ejercicio pase a formar parte de tu estilo de vida.
1. Define tu para qué
En primer lugar, si no lo has hecho ya, te animo a que reflexiones sobre los motivos por los que quieres hacer ejercicio, ¿para qué quieres hacer ejercicio?
En mi caso hago ejercicio cada día para sentirme con la fuerza y energía que necesito para disfrutar de la vida.
Me encanta viajar, vivir nuevas experiencias y aventuras y si no me sintiese en forma no podría haber recorrido Dinamarca en bicicleta o cumplir mi sueño de llegar caminando a Machupichu después de 4 días de treking. ¡Fue una experiencia increíble!
Otras personas hacen ejercicio para poder jugar con sus hijos sin fatigarse, para acabar el día con energía, para disfrutar de sus hobbies, para dedicarle tiempo de calidad a su pareja o amigos.
Tenemos que ser conscientes de que para lograr un cambio no es suficiente con decir “voy a empezar a hacer ejercicio y comer saludable”. Nuestro cerebro no funciona así, se resistirá y tratará de volver a los hábitos en los que se siente cómodo.
Por eso, esta decisión de empezar a cuidarnos ha de nacer de una reflexión profunda en la que evalúes cuál es tu estado de bienestar actual y cómo te gustaría sentirte en seis meses.
Sabiendo tu “para qué”, puedes recurrir a él en esos momentos de pereza y motivarte a hacer tu entreno. ¡Porque quieres conseguir ese sueño que tienes! Y aquí está la verdadera motivación, la que dura.
2. Elige una actividad que te guste
La segunda idea de la que quiero hablarte es qué tipo de ejercicio vas a hacer. A veces sentimos pereza porque la actividad que nos espera, no nos gusta.
Por ejemplo, a mi me da muchísima pereza ir al gimnasio a hacer máquinas. Así que, no voy. En cambio, he buscado que actividad va conmigo, me hace sentir bien, la disfruto y realmente me apetece hacerla.
Cada persona somos diferente y no tenemos que hacer la actividad de moda si no nos gusta o lo que hagan nuestros conocidos. La clave es que busques algo que te guste, que te haga sentir bien.
El Pilates es una actividad fácil de incluir en nuestro día, la puedes hacer en cualquier lugar, en tu casa, a tu ritmo, sin necesidad de materiales especiales.
Es una actividad suave y agradable donde muchos ejercicios se hacen tumbados.
Son estas características las que hacen que sea una buena entrada a una vida más activa. Te pone fácil empezar, y poco a poco te va retando, te va exigiendo más a medida de mejoras. Trabaja todo tu cuerpo, tonifica y flexibiliza. Y según te vas sintiendo más fuerte, más en forma, verás que te sale de ti moverte y probar nuevas actividades.
3. Prioriza
Cuando decimos que no hacemos ejercicio porque no tenemos tiempo, en realidad, estamos priorizando otras tareas sobre el ejercicio.
¿Verdad que te lavas los dientes cada día? Seguro que no te mueres de ilusión por hacerlo, pero aun así, lo haces, sabes que es importante. Y en realidad, tampoco te lleva mucho tiempo ¿no?
Haciendo cálculos, si te cepillas los dientes 3 veces al día, ponle unos 3 minutos cada vez, dedicas a esta tarea unos 10 minutos al día.
¿Sabes que con 10 minutos al día de ejercicio puedes conseguir mejorar tu forma física?
Pero quizás no se trata de poner más y más actividades en nuestro día, si no de quitar. De hacer solo las importantes.
Para tomar conciencia de en qué estás invirtiendo tu tiempo, anota cada día durante una semana todo lo que haces, desde que te levantas hasta que te acuestas. Revisa si esas actividades que estás realizando son importantes o no, cuales podrías dejar de hacer o disminuir el tiempo que les dedicas.
Y cuales de las que son importantes para ti, de las que impactan positivamente sobre tu salud, sobre tu bienestar, estás dejando de lado.
4. Empieza poco a poco
Quizás piensas que para conseguir resultados necesitas entrenar horas cada día.
A mi me contaron eso. Cuando iba al gimnasio hacía 15 minutos de elíptica, luego un circuito de pesas que me llevaba como mínimo 40 minutos. Luego iba a la cinta una media hora más y acababa estirando. En total pasaba allí unas dos horas.
Con el ritmo que levamos hoy en día tenemos que ponérnoslo más fácil.
Una de las cosas que me gusta del Pilates es que en trabajas todo el cuerpo en cada ejercicio. Así que no tengo que hacer uno para bicecps, otro para trices, otro para pectoral, y así. Necesito menos tiempo.
Practicar 15 minutos al día es un buen comienzo, con este tiempo vas a ver cambios en tu flexibilidad y agilidad y notarás tus músculos más firmes.
Una vez que vas adquiriendo el hábito, hacer ejercicio formará parte de tu día de manera natural. Y estoy segura de que en muchas ocasiones te apetecerá alargar tus sesiones de entrenamiento.
Pero, para empezar, póntelo fácil. 15 minutos al día.
5. Planifica
Anota en tu agenda en qué momento exacto vas a hacer tu clase cada día. Esta es la manera de que tu mente se mentalice de que hoy a las 7 haré mi clase de pilates. Y así evitas que los imprevistos acaparen todo tu tiempo.
Por ejemplo, si mañana a las 7 quedas con una amiga para tomar un café, mañana a las 7 estarás tomando el café con tu amiga. Si te llaman, si te piden algo, seguro tu respuesta será, ¡uy, a esa hora no puedo!
Pero si le dices a tu amiga, “bueno, a ver cuando quedamos a tomar un café…”. No sabemos cuando sucederá.
Y lo mismo sucede con el ejercicio. ¡Agenda tus sesiones desde ya!
Espero que estas ideas te sirvan para ser constante haciendo ejercicio. De esta manera, pronto empezarás a ver resultados, y esto será lo que más te motive a continuar.
Es posible mejorar tu forma física. Es posible acabar el día con energía en lugar de agotada. Es posible sentir tu espalda libre de tensión y molestias.
Cuando experimentas esto por ti misma te das cuenta de lo importante que es dedicarte unos minutos a cuidarte cada día. El ejercicio será parte de tu estilo de vida.
¿Se te ocurren otras ideas para conseguir ser constante haciendo ejercicio? Comparte tus trucos o tus experiencias en los comentarios.